San Bruno, presbítero
6 octubre, 2022
Sábado 27a Semana del Tiempo Ordinario
8 octubre, 2022

Bienaventurada Virgen María del Rosario

Primera Lectura

Gálatas 3, 7-14

7 Tened, pues, entendido que los que viven de la fe, ésos son los hijos de Abraham. 8 La Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció con antelación a Abraham esta buena nueva: En ti serán bendecidas todas las naciones. 9 Así pues, los que viven de la fe son bendecidos con Abraham el creyente. 10 Porque todos los que viven de las obras de la ley incurren en maldición. Pues dice la Escritura: Maldito todo el que no se mantenga en la práctica de todos los preceptos escritos en el libro de la Ley. 11 – Y que la ley no justifica a nadie ante Dios es cosa evidente, pues el justo vivirá por la fe; 12 pero la ley no procede de la fe, sino que quien practique sus preceptos, vivirá por ellos – 13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero, 14 a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa.

 

Salmo Responsorial

Salmo 111, 1-2; 3-4; 5-6

1 ¡Aleluya! Alef. Doy gracias a Yahveh de todo corazón, Bet. en el consejo de los justos y en la comunidad. 2 Guímel. Grandes son las obras de Yahveh, Dálet. meditadas por los que en ellas se complacen.

3 He. Esplendor y majestad su obra, Vau. su justicia por siempre permanece. 4 Zain. De sus maravillas ha dejado un memorial. Jet. ¡Clemente y compasivo Yahveh!

5 Tet. Ha dado alimento a quienes le temen, Yod. se acuerda por siempre de su alianza. 6 Kaf. Ha revelado a su pueblo el poder de sus obras, Lámed. dándole la heredad de las naciones.

 

Evangelio

Lucas 11, 15-26

15 Pero algunos de ellos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios.» 16 Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. 17 Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. 18 Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino? Porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. 19 Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. 20 Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. 21 Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; 22 pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. 23 El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. 24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: “Me volveré a mi casa, de donde salí.” 25 Y al llegar la encuentra barrida y en orden. 26 Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio».

Primera Lectura

Hechos 1, 12-14

12 Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de un camino sabático. 13 Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. 14 Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.

 

Salmo Responsorial

Lucas 1, 46-47; 48-49; 50-51; 52-53; 54-55

46 Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor 47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador.

48 Porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, 49 porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre.

50 Y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. 51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.

52 Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. 53 A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.

54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia 55 – como había anunciado a nuestros padres – en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»

 

Evangelio

Lucas 1, 26-38

26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». 29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. 30 El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. 32 Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» 34 María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» 35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. 36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, 37 porque ninguna cosa es imposible para Dios». 38 Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.