Feria
19 febrero, 2020
San Pedro Damián, obispo y doctor de la Iglesia
21 febrero, 2020

Feria

Santiago 2, 1-9

1 Hermanos míos, no entre la acepción de personas en la fe que tenéis en nuestro Señor Jesucristo glorificado. 2 Supongamos que entra en vuestra asamblea un hombre con un anillo de oro y un vestido espléndido; y entra también un pobre con un vestido sucio; 3 y que dirigís vuestra mirada al que lleva el vestido espléndido y le decís: «Tú, siéntate aquí, en un buen lugar»; y en cambio al pobre le decís: «Tú, quédate ahí de pie», o «Siéntate a mis pies». 4 ¿No sería esto hacer distinciones entre vosotros y ser jueces con criterios malos? 5 Escuchad, hermanos míos queridos: ¿Acaso no ha escogido Dios a los pobres según el mundo como ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que le aman? 6 ¡En cambio vosotros habéis menospreciado al pobre! ¿No son acaso los ricos los que os oprimen y os arrastran a los tribunales? 7 ¿No son ellos los que blasfeman el hermoso Nombre que ha sido invocado sobre vosotros? 8 Si cumplís plenamente la Ley regia según la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, obráis bien; 9 pero si tenéis acepción de personas, cometéis pecado y quedáis convictos de transgresión por la Ley.

 

Salmo 34, 2-7

2 Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza; 3 en Yahveh mi alma se gloría, ¡óiganlo los humildes y se alegren!

4 Engrandeced conmigo a Yahveh, ensalcemos su nombre todos juntos. 5 He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores.

6 Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante. 7 Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todas sus angustias.

 

Marcos 8, 27-33

27 Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?» 28 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.» 29 Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo.» 30 Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él. 31 Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. 32 Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. 33 Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»