“… y los dejó encargados de sus bienes.” Mateo 25, 14-30
Por voluntad divina me ha correspondido y corresponde ayudar a muchas personas dentro y fuera de la comunidad. Me siento responsable del crecimiento espiritual de muchas y me atrevo a decir que también de su crecimiento integral. Sí, cada una de ellas fue comprada con la Sangre del Señor, su valor es inimaginable. Además, a mí misma se me confiaron dones y talentos que no obstante mi edad, no puedo enterrar.
Pido a mi Dios amadísimo me conceda la gracia de poner a producir los dones que me concedió generosamente empezando por la fe, la esperanza y el amor.
Dios mío, yo no puedo, Tu si puedes, me abandono en Ti.
Madre, ayúdame a ser fiel. (A.E.C.)