Jesús y La Cruz / Película LA PASIÓN
“Tanto amó Dios al mundo que le dió a su Unigénito a fin de que todos los que creen en Él no perezcan sino que tengan vida eterna.” Juan 3, 13-17
El amor infinito del Padre hacia todos nosotros supera toda concepción humana. Un papá de la tierra normal, jamás entregaría a su único hijo en manos de sus enemigos para que fuese torturado y matado para su beneficio. El Padre de los Cielos lo hizo por nosotros. ¿Cómo agradecerle ese Amor infinito que lo llevó a tal inmolación? Nobleza obliga; nuestra gratitud debe ser manifestada en una vida fiel y generosa que demuestre al Padre de Jesús y nuestro, nuestra gratitud por su amor oblativo e infinito que trasciende nuestra limitada comprensión. Por eso repito una y otra vez: tanto nos amó el Padre que no perdonó a su Hijo Único. Si lo entregó a la muerte más cruenta por nosotros, ¿cómo no amarle?, ¿cómo no agradecer con hechos el don de la salvación y felicidad eternas?
¡Bendito y alabado seas Padre amado! (A.E.C.)