Lectio Divina

Jesús sana al hombre de la mano seca.
Imagen tomada de Internet.

ECO

“Y dirigiendo su mirada a todos ellos, le dijo: “Extiende tu mano”. Él lo hizo y su mano quedó sana”. Lucas 6, 6-11

MEDITACIÓN

Hago composición del lugar; Nuestro Señor está allí a la vista de todos. Sabe que la curación de aquél hombre, despertará más odios en el corazón de sus enemigos, pero actúa en favor de aquél hombre. Y le da la orden de extender su mano; y claro, el odio de ellos aumenta, se llenan de malas intenciones y maquinan contra Él.

Recuerdo aquél volante que un día llegó a mis manos. En síntesis decía: si no crees en mí, ¿por qué me odias? Y es que eso sucede; muchos dicen no creer pero no resisten que otros creamos en Jesús, esperemos en Él, le adoremos y le amemos con todo el corazón. Esa es la causa de las sangrientas persecuciones de la historia.

ORACIÓN

Dios mío, yo creo, yo espero, yo adoro y yo os amo; os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. (A.E.C.)