“El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien… porque lo que reboza del corazón, lo habla la boca.” Lucas 6, 43-49
He tenido el alivio de encontrar en la vida personas bondadosas, amables, alegres, que refrescan el alma y nos hacen más llevadero el diario vivir. Quiero, con la ayuda divina, detenerme siempre en lo positivo sin ignorar que no puedo pasar por alto lo que no está bien. Al fin y al cabo el Señor nos dijo: “Sed perfectos como vuestro Padre es Perfecto.” No debo ignorar los malos comportamientos porque ello sería volverme indolente y aún me corresponde ayudar a mejorar los comportamientos de quienes me rodean. Pero la corrección no implica dureza e intransigencia. Esto haría más mal que bien.
Jesús, Manso y humilde de Corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. (A.E.C.)