Padre Celestial
Casa del Ave María.
“Solo en Dios descansa mi alma, porque de Él viene mi salvación; sólo Él es mi roca y mi salvación; mi alcázar; no vacilaré.” Salmo 62
Por diversas circunstancias he estado cerca de jóvenes y aún de adultos cuyo horizonte en la vida se limita a logros de corto alcance. Y si son a largo plazo tampoco tienen relación con lo divino y trascendente. Sus metas se refieren a logros o ventajas materiales, rara vez intereses humanitarios o intelectuales. Sin embargo, mi experiencia personal es muy contraria. Estoy más que convencida de que la vida tiene sentido y plenitud si está orientada a Dios.
La pregunta de Jesús adolescente debería ser la de todo joven: “¿no sabéis que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?” (Cfr. Lucas 2, 49). Bendigo a mi Dios porque es Él Quien ha dado sentido a mi existencia y la ha llenado de gozo y fortaleza.
Gracias Trinidad Santísima; me gozo en adorarles, amarles y servirles.
Madrecita, ayúdame a permanecer feliz y anonadada ante Ellos ¡Amén! (A.E.C.)