“Y el Señor añadió: fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante Él día y noche?” Lucas 18, 1-8
Sí, el Señor escucha nuestras súplicas si las dirigimos a Él con humildad y perseverancia y, claro está, si lo que pedimos es conforme a su Voluntad Santísima y sapientísima. El Mismo Jesús nos dijo: “pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abrirá.” (Cfr. Mateo 7, 7-8) Más aún: muchas, muchísimas veces, el Señor acude en nuestra ayuda antes de que le expresemos nuestra necesidad y de manera admirable. Puedo decir que la generosidad divina supera toda expectativa. Vivo rodeada de sus dones de todo orden. Solamente en el Cielo podremos conocer las ternuras divinas.
Gracias, muchísimas gracias, amado Dios Nuestro.
Madre, me uno a tu Magníficat. (A.E.C.)