Abraham e Isaac
Imagen tomada de Internet
“Ante la promesa de Dios, Abrahán no fue incrédulo sino que se hizo fuerte en la fe, dando con ello gloria a Dios al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete…” Romanos 4, 20-24
Abrahán se eleva en la historia de la Salvación como baluarte inconmovible de fe, de amor y de confianza en el Dios en Quien creyó y a Quien obedeció sin dudar. Tuvo el hijo anhelado y por supuesto sobre él gravitaba la promesa de ser el primero en su descendencia, numerosa como las estrellas del cielo. Sin embargo, da pasos firmes hacia la inmolación del hijo y no puso en duda las promesas del Señor.
También hoy hay hermanos que creen contra toda evidencia contraria. Oigo en mi memoria el “Dios es capaz” acompañado de unos sencillos acordes de guitarra cantado por Neil Vélez. Éste desde joven fué de aquí para allá proclamando que estaba curado cuando todos veían lo contrario, pues se desmayaba frecuentemente; pero como el Señor le había dicho que lo había curado creyó que Dios era capaz y claro que así fue.
¡Amén! (A.E.C.)