Madre Alicia Echeverri Calle.
Foto: Gloria Guevara.
“Dichosos los siervos a quienes el Señor, al llegar, los encuentre en vela”. Lucas 12, 35-38
Quiero ser del número de siervas que permanecen en vela para esperar la venida del Señor. Uno de mis nombres como miembro de esta Comunidad es el de servidora de la servidora del Trono de Dios. Y si Ella es la Servidora por excelencia del Señor, al servirle a Ella también le sirvo a Él. Servirles es estar a su disposición para obrar conforme a lo que les agrada y para ello es preciso que permanezca en su compañía por medio de la oración y por supuesto debo evitar todo lo que les desagrada. Pero el mejor servicio es amarles y amar a mis hermanos y muy especialmente a mis hermanas de Comunidad. El Mismo Jesús nos dijo: “No he venido a ser servido sino a servir” (Cfr. Mateo 20, 28); ¡y de qué manera nos sirvió y sirve! Tomó nuestra naturaleza sin dejar la divina, nos predicó la Buena Nueva de la Salvación, padeció hambre, sed, persecuciones, abandonos, traiciones, dolores espantosos y muerte aterradora en la Cruz para redimirnos; ¿cómo sufro yo?
Haz Señor que ame mis astillitas de cruz.
Madre, ayúdame. (A.E.C.)