Gota de agua
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“Y los que le son fieles permanecerán junto a Él en el amor, porque los elegidos del Señor gozan de su amor y su misericordia.” Salmo 3, 1-6; 9
Aquí, en estas palabras, encuentro los grandes baluartes de mi vida: el amor y la fidelidad. Si con la gracia divina me apoyo en ellos, estaré siempre con el Señor disfrutando de su Amor y de su infinita Misericordia. Es como si la pequeñísima gotica que soy yo se perdiera en el inmenso mar o mejor en el océano de su Ternura infinita. La que no es en el que Es, la fragilidad misma en la infinita Fortaleza, la que nació en pecado en la absoluta Santidad. Todavía con el sabor amargo y con dolor en el alma por lo que se vivió en la noche del 31 de octubre, clamo a mi Dios, diciendo:
Santo, Santo, Santo es nuestro Dios. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no alaban y no os aman. (A.E.C.)