Rosas en el Ave María.
“… pues, por la magnitud y belleza de las creaturas, se descubre por analogía el que les dió su ser.” Sabiduría 13, 1-9
Un poco más adelante, en este mismo capítulo de la sabiduría, leo: si lograron saber tanto que fueron capaces de averiguar el principio del cosmos ¿cómo no encontraron antes a su Dueño? Realmente las realizaciones hablan de quien las hizo. Esto sucede en la literatura, el arte, la ciencia, la tecnología, la industria y toda clase de actividad humana. Entonces, el universo y aún nuestro pequeñísimo planeta, me hablan de su Autor. Lo encuentro en las cimas nevadas, en el océano sin horizonte y en los mares de aguas multicolores. También en las flores, los follajes, las aves, en el pajarito bullicioso y en la pequeñísima mariposa que luce bellísimos contrastes de colores en sus alas minúsculas. Todas las bellezas de la naturaleza me acercan al Señor.
¡A Él la gloria y alabanza por los siglos de los siglos amén! (A.E.C.)