Padre Celestial, Templo del Ave María.
Foto: Archivo.
“Lo mismo vuestro Padre del cielo: Él no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños”. Mateo 18, 12-14
El Padre nos dió a su Muy Amado para que viniera a salvarnos. Pero de nuestra propia libertad depende el dejarnos o no salvar. Por eso dijo San Agustín: “El que te creó sin tí, no te salvará sin tí”. Y también leo en la Escritura Santa: “El que está en pie, cuide que no caiga”. El Señor nos quiere en su aprisco y bajo su cuidado.
Anhelo profundamente que los míos que aún están fuera del redil, vuelvan al Señor o vengan por primera vez. Y no solamente los míos sino muchísimos.
Hazme participar oh Salvador nuestro de tus ansias redentoras.
Madre intercede por nosotros. (A.E.C.)