Nacimiento del Niño Dios, Pesebre del Ave María.
Foto: Archivo.
“… y dió a luz a su Hijo…” Lucas 2, 1-14
En este eco tan breve está encerrado el Misterio sublime de la Encarnación del Hijo eterno del Padre en María por obra del Espíritu Santo y su nacimiento milagroso cual rayo de sol que atraviesa un cristal. Estas verdades sublimes las enuncio en pocas palabras pero ellas me acercan al amor infinito de Dios Padre que nos entregó a su Hijo muy amado para que nos salvara con su anonadamiento total y sus sufrimientos y muerte en Cruz. La Trinidad entera se volcó sobre nuestra humanidad agobiada y doliente como repetimos en la Novena de Navidad. Los Tres nos dieron la prueba más sublime de su Ternura infinita. El pesebre es un concierto de entrega, humildad y pobreza y amor que nos sobrecoje y llena de agradecimiento, esperanza, amor y gozo sereno.
¡Con mi Madre celebro el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo! ¡Tenemos con nosotros al Salvador!
Madrecita, no tengo palabras. Ruega por nosotros para que podamos vivir estos Misterios con mucha entrega y amor. (A.E.C.)