“El Espíritu del Señor está sobre Mí, porque Él me ha ungido.” Lucas 4, 14-22
Nuestro Señor Jesucristo fué concebido por obra del Espíritu Santo; siempre obró bajo su acción Omnipotente. Fué Él Quien lo llevó al desierto, lo impulsó en su Ministerio Apostólico, lo hizo irrumpir en alabanzas al Padre por la sabiduría divina de los humildes y sencillos y lo plenificó a la diestra del Padre.
En estos días privilegiados imploro a Jesús que nos bautice en este Fuego abrazador del Santo Espíritu y que nos sumerja en Él para que todas nuestras intenciones, acciones y operaciones estén siempre regidas por Él y vayan encaminadas a la Mayor honra y gloria de Dios. Lo anterior lo pido en el Mismo Nombre Santísimo de Jesús.
Madre intercede por nosotros para que así sea. (A.E.C.)