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“Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?” Marcos 2, 23-28
A lo largo y ancho del Ministerio apostólico de Nuestro Señor, me encuentro con la mirada, la perspicacia, el odio, la mala voluntad, los juicios implacables de los fariseos. Cerrados a la verdad, sustituyen el amor y la comprensión por la envidia, la ira, la venganza, la dureza implacable. Simplemente rechazan la verdad, el bien, el Amor y a su Autor. Se creen los únicos cumplidores de la ley y quebrantan el amor que la vivifica y le da razón de ser.
No quiero ser así; amo la fidelidad, el sí a Dios, pero no puedo olvidar el primer Mandamiento y el deseo supremo de mi Maestro y Salvador. Necesito: tener sus mismos sentimientos y dar testimonio de fidelidad.
Madre, ayúdame a obrar como verdadera hija del Fiat y a buscar sinceramente la gloria del Padre y la salvación de mis hermanos. (A.E.C.)