El endemoniado de Gerasa.
Imagen tomada de Internet.
“Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su Misericordia.” Marcos 5, 1-20
El endemoniado de Gerasa recibió orden de Jesús, de ir a los suyos para anunciarles lo que había hecho Dios con él por su Misericordia.
Yo misma debo ser un anuncio de la salvación que nos alcanzó Nuestro Señor Jesucristo. Hoy recuerdo una definición del significado de la expresión “gloria de Dios”: “la manifestación de la Misericordia divina que tiene Poder para salvar.”
Sí, mi vida debe ser un anuncio de lo que el Señor hace por mí y por todo aquél que se abre a su acción salvífica. En otras palabras, debo permitirle a Jesucristo que me libere de lo que no sea suyo y me permita anunciarlo, bajo el Poder del Espíritu, con palabras y obras.
Proclama mi alma la Grandeza del Señor, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí… (A.E.C)