Jesús sana al sordo.
Imagen tomada de Internet.
“Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.” Marcos 7, 31-37
El sordo y tartamudo del Santo Evangelio de hoy recibe, en su lengua y en sus oídos, el toque Divino y Omnipotente de Jesús; pero primero, lo había alejado del gentío.
Quiero apartarme con Él en ratos de completa soledad. Por mi vida consagrada soy de Dios pero debo serlo íntegramente. Es decir, de cuerpo, mente y corazón. Con razón hablan mis Santas Constituciones de una recta soledad. Además, Nuestro Señor Jesucristo entra realmente en contacto con toda mi persona en la Sagrada Comunión. Debo pedirle la gracia inmensa de que me deje sanar y transformar por Él ya que “todo lo hace bien”.
Madre, ayúdame, ayúdanos a vivir lo anterior. (A.E.C.)