Perdón.
Imagen tomada de Internet.
“… se le echó al cuello y lo cubrió de besos.” Lucas 15, 1-3; 11-32
Los hombres en general, y muy especialmente los antioqueños, son poco efusivos con sus hijos y hacen sentir su disgusto al hijo o a la hija que ha tenido malos comportamientos. Pero Nuestro Señor Jesucristo quiso que comprendiéramos el Amor lleno de Misericordia de su Padre y Padre nuestro y nos contó esta parábola con la escena del feliz encuentro. El abrazo, los besos, la túnica, las sandalias, el anillo, la fiesta, expresan perdón total, cariño desbordado, recuperación de todos los derechos de hijo. No hubo reproches, frialdades, rechazos. Y toda la narración tiene el único objetivo de que creamos en la Infinita Misericordia de Nuestro Dios cuando volvemos arrepentidos a Él después de nuestras caídas e ingratitudes.
Necesito confiar más y más en el perdón y el amor infinito del Padre que “no esta siempre enojado ni guarda rencor perpetuo.” (cfr. Sal 103, 9)
¡Yo creo en Tu Misericordia Señor, sí yo creo! (A.E.C.)