“Y me dejaréis solo; si bien no estoy solo, porque el Padre está conmigo.” Juan 16, 29-33
La íntima relación del Padre con el Hijo es el Espíritu Santo, me atrae muchísimo. Es una bendición que la Iglesia nos invite a meditar estos textos de San Juan en estos días. A través de ellos Nuestro Señor deja escapar sus más íntimos sentimientos con respecto al Padre y a nosotros. Y en nuestro Fiat o “hágase” encuentro su feliz consecuencia: la intimidad con Ellos. Ya lo había dicho el Señor: “el Padre nunca me deja solo porque yo hago siempre lo que le agrada.” Entonces, si yo imito, es decir, si trato de obrar bien con su gracia, sino los ofendo, Ellos, los Tres, Padre, Hijo y Espíritu Santo, no me dejarán sola y podré decir que están siempre no solamente conmigo sino en mí propia alma.
Madrecita, ayúdame a ser un santuario menos indigno de mi Dios Uno y Trino. (A.E.C.)