“Porque, cuando habrán resucitado de entre los muertos, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres maridos sino que serán como los ángeles que están en los cielos.” Marcos 12, 18-27
Los ángeles, ante el Trono de Dios, le aman, adoran, alaban, glorifican y también sirven a quienes hemos de salvarnos por la Misericordia Divina. Me hace mucho bien pensar en que un día seré liberada de mi actual condición y que por gracia, puedo ensayarme desde ahora en mi oficio de eternidad.
Sor Isabel de la Santísima Trinidad, no dudó en llamarse así misma Laudem gloriae que quiere decir: Alabanza de su Gloria. Quiero pensar más en el cielo y desde ahora, con mi Madre Dulcísima, alabar, bendecir y glorificar a mi Dios Tres veces Santo.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. (A.E.C.)