“Y en Él pondrán todas las naciones su esperanza”. Mateo 12, 14-21
Si echo una mirada a la historia de la humanidad, los grandes caudillos han pasado como muere la flor del campo que hoy es y mañana ya no existe. El Único que es el Mismo ayer hoy y siempre es Nuestro Señor Jesucristo Dios y Hombre Verdadero. Él murió, pero resucitó y está Vivo a la Diestra del Padre intercediendo por nosotros. Pueden tambalearse la tierra, los astros y planetas, pueden levantarse olas encrespadas desatadas por el enemigo de Dios, pero sigo escuchando la Voz de mi Maestro: “¿Por qué teméis hombres de poca fe? Y mandó al viento y a las olas y se calmaron”.
Madre, repito Contigo: “Jesús, yo confío en Tí”. (A.E.C.)