Foto: Juan Diego Toro Vélez.
“Al mismo tiempo los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre”. Mateo 13, 24-43
Me acojo a la Misericordia divina, al Amor Infinito de mi Dios para poder llegar a gozar de El cuándo termine mi vida terrena. No soy santa, me falta muchísimo, pero confío en Ellos, en el Poder de la Sangre de mi Redentor para llegar un día a la Casa de mi Padre. No quiero llegar sola; hasta el final debe consumirme el celo por la salvación de mis hermanos.
Madre, ruega por nosotros(as) los pecadores(as) ahora y en la hora de nuestra muerte, amén. (A.E.C.)