“No te es lícito tenerla por mujer”. Mateo 14, 1-12
Juan el Bautista vivió siempre cara a Dios y por respeto y amor a Él pensó y obró rectamente. Esto le costó la vida.
Pido al Señor la gracia de imitarle, de no entrar en la corriente del relativismo que invade las conciencias y los comportamientos. Un papá dejó a sus hijos como última voluntad: “Dios y su ley”. Clamo al cielo para que tengamos muchos cristianos de esta talla.
Dame Jesús amado la gracia de permanecer fiel a los principios de mi fe, a no avergonzarme de ellos y a recordarlos con sabiduría, caridad y firmeza.
Madre, cuento Contigo. (A.E.C.)