“No quiso disgustarla”. Marcos 6, 17-29
Herodes vivía con la mujer de su hermano. Cuando prometió dar a su hija hasta la mitad de su reino porque le había agradado su baile, no se echó atrás por respeto humano.
Con la gracia del Señor quiero obrar rectamente y ser coherente con lo que considero mejor tanto en lo grande como en lo pequeño. Y si pienso en Nuestro Señor Jesucristo, en sus palabras a los fariseos son rotundas y revelan su rechazo a la falsedad, al engaño, a las apariencias, a la incoherencia de vida. Él es la Misma Verdad. (Cfr. Juan 14, 6). Herodes prefirió quedar bien con su amante y con los convidados y ahogó la voz de su conciencia. Yo no puedo entrar en su juego.
Jesús, Camino, Verdad y Vida… ¡Ten piedad! (A.E.C.)