“Y tenía ganas de ver a Jesús”. Lucas 9, 7-9
Yo también quiero ver a Nuestro Señor Jesucristo. Pero quiero verlo con los ojos de la fe. Anhelo descubrir en su Persona Divina todos los insondables tesoros de Gracia, Santidad, Divinidad, Belleza, Bondad, Sabiduría, Misericordia, Amor y Salvación. Mi anhelo más íntimo y profundo es verlo aquí abajo con los ojos de mi alma y luego, con su gracia, en el cielo. Pero necesito purificarme con su Sangre preciosísima en el Sacramento de la Reconciliación y llevar una vida recta y fiel; pido su gracia para adueñarme de la Bienaventuranza que me atrae con muchísima fuerza: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”. (Cfr. Mateo 5, 8). No olvido que el conocimiento lleva al amor y que en él seré examinada.
¡Madre, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén! (A.E.C.)