Jesús y los niños.
Imagen tomada de Internet.
“El más pequeño de vosotros es el más importante”. Lucas 9, 46-50
Los discípulos de Jesús anhelaban ser importantes. Él les pone en medio a un niño en el verdadero sentido de la palabra. Ese muchachito es limpio, no tiene pretensiones, no se preocupa por sobresalir y escalar posiciones. Mira sin altivez, vive sereno, si llora un rato porque se le rompió el juguete, lo olvida pronto.
Quiero ser niña en el mejor sentido de la palabra. Necesito a Jesús; quiero contarle lo que ya sabe: se acaban los niños, las almas claras, los ojos sin ira y sin malicia, las manos que comparten, los corazones que aman y se dejan amar.
¡Piedad Señor, piedad! Se acaba lo mejor de tu creación: los niños de verdad. (A.E.C.)