“¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?” Lucas. 12, 54-59
Necesito acudir al Espíritu Santo para pensar bien y obrar bien. Quiero tener siempre presente al Señor en mi vida para no apartarme de su proyecto sobre mí, sobre nuestra Comunidad, la Iglesia y el mundo en general. Tengo muchos elementos para hacerlo. Conozco el Santo Evangelio, lo que piensa mi Iglesia sobre el momento actual y nuestra posición y labor en él. Sin embargo, necesito orar y discernir para no equivocarme.
En fin, anhelo descubrir siempre el Querer Divino y abrazarlo con decisión y perseverancia. No puedo dejarme llevar por corrientes que se aparten de la forma de juzgar de Dio. Deseo fijar mi mirada, inteligencia y voluntad en Jesús.
Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María tu amadísima Esposa. (A.E.C.)