Divina Eucaristía.
Foto: Alexis Duque G.
“Vengan que ya está preparado”. Lucas 14, 15-24
El Señor me invita continuamente al Banquete de su Gracia, de su Amor, de la Palabra, de la Eucaristía, de la oración. Ningún afán, ningún interés, puede disculparme o eximirme de acudir con prontitud a recibir lo que mi Padre me ofrece con tanta generosidad. Es preciso que prescinda de las actividades innecesarias para no afectar mi vida de íntima unión con mi Dios Uno y Trino. Ésta tiene que ser mi preocupación, mi interés permanente. Sí, jamás puedo anteponer lo superfluo a la relación consciente y fervorosa con Aquél que me habita en lo más profundo de mi alma y me espera allí, en el Sagrario y en mis hermanos.
Madre querida, ayúdame. (A.E.C.)