“Sea vuestro lenguaje: ”sí, sí”; “no, no”: que lo que pasa de aquí viene del maligno”. Mateo 5, 33-37
Hoy encuentro a un Jesús Hombre–Dios de una sola pieza. Íntegro y exigente sin dejar por ello de ser misericordioso. Me quiere persona “de palabra”, fiel a mis compromisos, a mis votos. Mi vida debe ser un “sí” a la Voluntad Divina, un “no” a cuanto no sea del agrado de mi Padre.
Imposible no pensar en Jesús, el Sí de Dios y en Nuestra Señora de la Anunciación, la Esclava del Señor, la que a imitación de su Hijo siempre fue un “sí” rendido, amoroso, indeciblemente sincero y fiel.
Pediré la gracia de la lealtad en todo sentido, de la veracidad y sencillez en mi vida y palabras.
Gracias Señor porque me enamoras de Tí y de la Verdad. ¡Bendito seas! (A.E.C.)