Jesús y el ciego de Jericó.
Imagen tomada de Internet.
“¿Qué quieres que te haga?” Lucas 18, 35-43
Ante los gritos del ciego de Jericó, Jesús pide que se lo acerquen y le pregunta: ¿qué quieres que haga por ti?; y el ciego responde: ¡Señor, que yo vea!
Hace un tiempo escuchamos el mismo clamor lanzado por un joven que nos trajeron; él y sus padres pedían que Juan Camilo viera. Jesús estaba allí en su Presencia Eucarística y en medio de la Comunidad; y vimos la gloria de Dios cuando el muchacho evadió el obstáculo que le puso su mamá. No puedo pasar por alto esta realidad: oramos todos: el invidente, sus padres y la Comunidad; y Dios obró.
Si no vemos más maravillas, es por la fragilidad de nuestra fe. Por eso hoy grito: Señor, que yo te vea tal cual eres: un Dios lleno de Amor y de Poder, de Bondad y de Misericordia. Por eso grito:
Señor, que siempre te veamos, que veamos todo lo que puedes, que nos confiemos en Ti y todo lo esperemos de Ti.
Madre, ruega por nosotros (A.E.C.)