Lectio Divina

ECO

“Al que te pide, dale…” Mateo 5, 38-42

MEDITACIÓN

En mi caso, lo que más me piden mis hermanos es que les escuche, les comprenda, aconseje, ore con ellos, les acompañe en las vicisitudes de sus vidas y en síntesis, les ayude a llevar la cruz de cada día. Debo tener las actitudes de Nuestro Señor; cada persona necesita sentirse acogida, valorada, amada y respetada. Dios ama al que da con alegría. Ninguno puede sentir que incomoda o es inoportuno; nada me cuesta sonreír ante lo anterior. Pero principalmente, debo dar a Quien todo me lo dió, mi vida, mi tiempo, mi amor, mi alegría y cuanto soy y cuanto tengo. Aún más: cada persona que venga a mí debe ser llevada por mí misma a Jesús sobre todo en la Divina Eucaristía; que ellos aprendan a volcar toda su vida en Nuestro Señor Jesucristo presente en el Sagrario, con su Cuerpo, Alma y Divinidad. Allí recibirán la paz y ésta será completa cuando se acerquen con buena preparación y fervor a los Sacramentos. En fin, no puedo olvidar el encarecerles el cumplimiento de los Mandamientos y el llevar una vida agradable a Dios y a los demás.

ORACIÓN

Que así sea; Madre, ruega por nosotros. (A.E.C.)