Vengan a mí…
Imagen tomada de Internet.
“Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré”. Mateo 11, 28-30
Nuestro Señor nos hace esta dulcísima invitación. Quiere que quienes estemos bajo el peso insoportable de trabajos, dolores, penas, luchas, carencias y angustias, vengamos a Él; pero nos enseña a vivirlo todo en su intimidad y sin actitudes soberbias, irascibles, rebeldes. Sabe que la desesperación nos hunde en la angustia y puede llevarnos a caos existenciales y aún mortales. No podemos vivir las tormentas en desesperación sino con la consciencia de su Presencia Amorosa y Omnipotente. No tenemos, no tengo qué temer porque Él está presente y se hace cargo de cada situación. Nada es imposible para Él, y su Amor es infinito, todo es posible para el que cree.
Madre, llévame a Él y que en el Sagrario y siempre, todo lo viva en Él. (A.E.C.)