Jesús y el paralítico.
Imagen tomada de Internet.
“Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados: levántate, dijo al paralítico, yo te lo mando: carga con tu camilla y vete a tu casa”. Lucas 5, 17-26
Pido a la Santísima Virgen que sea Ella quien me coloque a los pies de Nuestro Señor. Sé que Él, viendo a su Madre como a mi bendita camillera, por lo que Ella es y por su intercesión, perdonará mis faltas y debilidades si me arrepiento de corazón. La orden de irme a mi casa la entiendo como ese entrar dentro de mi morada interior, entablar un diálogo permanente con mis tres Huéspedes Divinos. Ellos merecen todo mi amor, adoración, honra y alabanza ininterrumpida.
Infinitas gracias te doy a Ti Dios mío por curarme de mis parálisis y por enviarme a la morada interior donde Tú habitas. (A.E.C.)