“Porque Yo, Yahvé tu Dios, te tengo asido por la diestra. Soy Yo quien te digo: No temas, Yo te ayudo”. Isaías 41, 13-20
Doy fe de que esas palabras pronunciadas por mi Dios, son absolutamente ciertas. Sé que la mano del Señor me ha conducido en tanto que su mirada ha sido sonrisa y su sonrisa, ternura. Sé que Él me ha llevado por caminos a veces fáciles y bellos, pero en no pocas ocasiones empinados y difíciles. En todo caso, si miro hacia atrás y desde mi infancia, voy asida a la mano adorable y protectora de mi Buen Dios; lo digo con convicción. Es Él quien me ha fortalecido, iluminado y si alguna obra de mis pobrecitas y débiles manos ha sido próspera es porque Él me ha ayudado o más precisamente, lo ha hecho todo.
Madrecita, ora conmigo tu Magníficat. (A.E.C.)