La Virgen y el Niño.
Arte: Giovanni Battista Salvi da Sassoferrato.
“María por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón”. Lucas 2, 16-21
El nacimiento del Niño Jesús como Hombre, el canto angélico, la llegada de los pastores y lo que contaron de cómo los ángeles les habían anunciado el nacimiento del Salvador; todo, todo esto, sumió a la Virgen Madre en profundísima oración. Quiero contemplarla amable, humilde y bondadosa, ocupada en cuidar de Dios nacido como Hombre y también abismada en los Misterios de la Encarnación, Nacimiento y Redención. Sé que la dominaban y envolvían la fe, la esperanza y el amor a Aquel que así se donaba por su Ternura infinita y sus ansias sin límites de darnos la Salvación eterna.
Madre, ayúdame a guardar en mi corazón estos Misterios Sacrosantos. (A.E.C.)