Jesús Eucaristía.
Foto: Archivo.
“… En medio de ustedes hay uno que no conocen…” Juan 1, 19-28
Esto es muy cierto; ya Juan nos lo dijo: “Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”. Entonces, quiero gozarme en lo que afirma el evangelista: “… pero a los que lo recibieron les dio poder de llegar a ser hijos de Dios…” Estas palabras las escribo fácilmente, pero lo que significan es demasiado grande. Si creo en Jesús, puedo ser y llamarme hija de mi Padre Dios, de mi Papá o Papacito porque me adoptó en su Único Hijo Nuestro Señor Jesucristo. Pero no puedo ignorar a quienes no creen y rechazan a mi Salvador; imposible desentenderme. La gran mayoría está de espaldas a Él.
Madre, intercede por tantos hijos tuyos que permanecen en las más espantosas tinieblas. (A.E.C.)