“… los fariseos se pusieron a planear con los herodianos, el modo de acabar con Él”. Marcos 3, 1-6
Nuestro Señor vino a salvarnos integralmente. Pasó entre sus contemporáneos “haciendo el bien” y predicó, padeció, murió y resucitó para que tuviéramos acceso a la Casa del Padre y una vida eterna feliz. Pero la gran mayoría de los hombres y mujeres, sean o no bautizados, desean, explícita o implícitamente, quitarlo de en medio, acabar con Él. Por inmenso e inefable regalo gratuito de mi Dios Uno y Trino, yo creo en Él, espero todo de Él y le amo con su Mismo Amor y con todas las fuerzas de mi ser.
Dame oh mi Jesús un celo ardiente por la salvación de mis hermanos y hazme generosa por la intercesión de mi Madre Santa María y la acción del Espíritu Divino. (A.E.C.)