“… la medida que uséis la usarán con vosotros”. Marcos 4, 21-25
Si tengo amor, compasión y perdón, si comprendo, oriento y apoyo, si consuelo, animo y ayudo a los demás, si corrijo con respeto y humildad, puedo esperar el mismo trato. Pero no debo obrar así por interés y egoísmo sino para agradar al Señor y vivir lo que me enseña con sus Palabras y ejemplos.
También me hace pensar en la generosidad al dar y en la justicia.
En fin, se que es preciso que haga el bien sin mirar a quien. Más aún: Jesús “pasó haciendo el bien” y fue martirizado. Tampoco puedo ser implacable en los juicios si quiero disfrutar de la Misericordia Divina.
Madre, enséñame a vivir lo anterior. ¡Amén! (A.E.C.)