“… y entonces ayunarán.” Mateo 9, 14-15
Mientras vivamos en esta tierra, la amistad con Jesús no es posesión definitiva, por eso tenemos que prepararla privándonos, mortificándonos rectamente para mantenernos preparados y a la espera de su llegada. Es tan poco lo que dejamos y tanto lo que alcanzaremos. Decir en muchos casos no a nuestra naturaleza mal inclinada es decirle si a quien nos invita a aprender de Él. Tengo que temer a lo que no lleva el sello de la cruz y de la muerte como requisito para llegar a la Resurrección.
Jesús ayúdanos a ir tras tus huellas con la cruz que nos ayudas a llevar. (A.E.C.)