“Sean compasivos como su Padre es compasivo.” Lucas 6, 36-38
Vuelvo de nuevo sobre el Salmo 103: “… El que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, te corona de amor y de ternura…, satura de bienes tu existencia…, no guarda rencor para siempre ni nos trata según nuestros pecados… Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de Tierno es el Señor para quienes le temen…, el Amor del Señor es desde siempre hasta siempre”.
Así es mi Padre, así quiere mi Maestro que sea yo. Por supuesto que sin su ayuda Omnipotente, yo no soy capaz ni de dar una sonrisa a quien no sabe amar y hace el mal. Pero cuento con el auxilio divino y sé que no me faltará.
Amado Jesús, ayúdame y haz mi corazón semejante al tuyo para parecerme a tu Padre y a Tí en el Espíritu Santo.
Madre querida, cuento Contigo. (A.E.C.)