“… para que todo el que crea tenga por Él vida eterna” Juan 3, 15-21
La Salvación, mi salvación está realmente ligada a mi fe, tendré vida eterna si creo en el Hijo Único de Dios porque Él es la Vida y si confío en Él, en su Palabra, puedo tener la certeza de que Él mismo me concederá la Salvación Eterna. Por eso todos los días debo orar incesantemente para que el Señor vaya alimentando mi fe; pero no solo a través de la oración adquiero esta virtud teologal, Cristo mismo me la concede por mi entrega, fidelidad y sacrificio.
Cada día debo entregarme más a la vida de la gracia, de la unión con Dios, de los Sacramentos para que esta cercanía con Jesús asegure un terreno dispuesto para recibir la semilla que el Padre, quiere sembrar hasta hacer germinar totalmente en mí, el árbol de la Vida Eterna lleno de frutos.
Jesús creo en Tí, pero aumenta mi fe. (A.E.C.)