“Los guardias respondieron: “Jamás ha hablado nadie como ese hombre.”” Juan 7, 40-53
Claro, ninguna otra persona podrá jamás hablar como lo hace la Palabra Eterna del Padre. Es que Nuestro Señor Jesucristo no es solamente Hombre sino que ha sido Dios desde toda la Eternidad. En su Persona Adorable están las dos Naturalezas, la Divina y la Humana.
Definitivamente, es preciso que viva pendiente de todo cuanto me dice mi Maestro. Por eso, no solamente debo leer la Palabra sino también meditarla y vivirla con amor y constancia ya que no me faltarán la luz y la fortaleza del Espíritu Santo si las imploro con humildad y confianza.
Háblame Señor que tu sierva escucha.
Madre, enséñame a escuchar a mi Maestro y a guardar toda Palabra que me diga en el Corazón como tu. (A.E.C.)