Jesús Eucaristía.
Foto: Archivo.
“Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tendrán con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.” Juan 12, 1-11
Es verdad, la Persona de Nuestro Señor con sus dos Naturalezas, la Divina y la Humana, no es ya visible a nuestros ojos corporales. Sin embargo, Él si está con nosotros en la Divina Eucaristía. No puedo derramar un perfume sobre sus pies santísimos pero si puedo hacer muchos actos de fe y de amor en su Presencia Real.
Él todo lo agradece y cuanto haga por Él será siempre muy poco. ¿Qué es un acto humano frente a la Majestad infinita pero oculta de mi Salvador que está allí presente en la Divina Eucaristía?
Madre, digo Contigo: Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Sea por siempre bendito y alabado. (A.E.C.)