Jesús y la Cruz, película LA PASIÓN.
Imagen tomada de Internet.
“… Jesús, profundamente conmovido…” Juan 13, 21-33; 36-38
En la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, su Cuerpo Santísimo fue destrozado; sus dolores fueron inenarrables. Nunca ponderaré suficientemente hasta dónde llegó su martirio. Sin embargo, sus sufrimientos morales son mucho mas fuertes de lo que puedo imaginar.
Me detengo en este eco: “¡profundamente conmovido!” Su Corazón adorable fue colmado de amargura infinita. Del grupo de los suyos, recibió traición y abandono en grado sumo. Y todo por nuestra salvación y felicidad eternas. Hoy puedo llamarme hija de Dios Padre y repetir una y otra vez: ¡Abbá, Papá, Papacito!
Bendito seas mi Jesús por tu infinita Generosidad y porque por tus sufrimientos sin límites, hoy soy hija de tu mismo Padre! (A.E.C.)