Lectio Divina

San Pedro y San Pablo / Imagen tomada de Internet

ECO

“Bienaventurado eres, Simón hijo de Juan porque no te ha revelado eso la carne y la sangre sino mi Padre, que está en los cielos.” Mateo 16, 13-19

MEDITACIÓN

Simón Pedro no fue un hombre estudioso, fue sencillamente un hombre rudo, yo diría que atravesado e impulsivo por un lado y por otro frágil y hasta tierno. Lloró su negación con enorme dolor y también confesó apesadumbrado su amor al Maestro a quien hacía muy poco había negado. Sin embargo, el Padre le reveló, por su Voluntad Omnipotente, la identidad divina de su Unigénito, el Hombre Dios, el Mesías, el Salvador. Y a este pescador tal y como era, el Padre, le mostró Quien era Jesús.

Hoy agradezco profundamente al Señor el don de la fe que me permite confesar que creo en que Jesús Hijo Eterno del Padre que se encarnó en María, nos dió ejemplo de vida, padeció, murió y resucitó y está Vivo y presente con nosotros en la Divina Eucaristía.

ORACIÓN

Creo Señor, aumenta mi fe, mi esperanza y mi amor.
Madre, ruega por todos nosotros. (A.E.C.)