La Ascensión del Señor.
Imagen tomada de Internet.
“… pero vuestra tristeza se convertirá en gozo.” Juan 16, 16-20
Nuestro Señor se refirió primero a su muerte en la Cruz y luego al gozo inmenso que tendrían al verle resucitado. Este último alimenta nuestra esperanza.
En esta vida hay momentos de mucho dolor, le suceden otros gloriosos por decirlo así. Esto da paso a mi esperanza en circunstancias difíciles. No puedo dejar de confiar, no puedo caer en la desesperanza. Estoy y estamos en las manos del mejor de los Padres, nuestro Dios Omnipotente. Si un buen papá de la tierra significa para el hijo seguridad, confianza y en los mejores casos bienestar, nuestro Dios nos cuida y promete una felicidad sin fin. Y desde ahora, si permanecemos en el bien y en su amistad, si no quebrantamos sus Mandatos, nos proporciona paz y esperanza inquebrantables.
Jesús, yo confío en Ti. Tú tienes poder para cambiar nuestra tristeza en gozo; así nos lo anunciaste y así lo creemos. ¡Amén! ¡Gracias, muchísimas gracias Dios de Bondad y Misericordia! (A.E.C.)