Madre Alicia Echeverri Calle.
Foto: Archivo, Gloria Guevara.
“… pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado”. Marcos 4, 26-34
Debo permitirle al Señor que me explique todo personalmente. Para ello, es preciso que reserve cuidadosamente los espacios de oración y escucha de la Palabra. Solamente así podrá el Espíritu Santo revelarme el sentido de la Palabra Divina.
En la mayor parte de las horas y minutos del día, alguien desea hablarme algo. Por eso, necesito reservar cuidadosamente los espacios de la oración personal y comunitaria. También me urge medir mis palabras, aspirar siempre a ser alma de oración y no volcarme al exterior.
Madre, ayúdame a ser recogida y orante. (A.E.C.)