4 32 Sed más bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo.
5 1 Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos queridos, 2 y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma. 3 La fornicación, y toda impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene a los santos. 4 Lo mismo de la grosería, las necedades o las chocarrerías, cosas que no están bien; sino más bien, acciones de gracias. 5 Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso – que es ser idólatra – participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios. 6 Que nadie os engañe con vanas razones, pues por eso viene le cólera de Dios sobre los rebeldes. 7 No tengáis parte con ellos. 8 Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz.
1 ¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, 2 mas se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche!
3 Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien.
4 ¡No así los impíos, no así! Que ellos son como paja que se lleva el viento.
6 Porque Yahveh conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos se pierde.
10 Estaba un sábado enseñando en una sinagoga, 11 y había una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno enderezarse. 12 Al verla Jesús, la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». 13 Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios. 14 Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a la gente: «Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues, esos días a curaros, y no en día de sábado». 15 Replicóle el Señor: «¡Hipócritas! ¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? 16 Y a ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado?» 17 Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban confundidos, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.