Señor Jesús: en tu Nombre, con el Poder de tu Espíritu Santo y de tus Gloriosas llagas, por virtud del Inmaculado Corazón de tu Madre Santísima, por virtud de sus siete dolores… nosotros cubrimos y sellamos nuestra inteligencia, memoria e imaginación, nuestra voluntad, potencias y sentidos, nuestro inconsciente, subconsciente y consciente, nuestro mecanismo de sueño, nuestro cuerpo, alma y espíritu, nuestro pasado, presente y futuro; y del mismo modo cubrimos y sellamos a todos nuestros familiares donde quiera que ellos estén.
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En el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, con el poder de su Espíritu Santo y con su Preciosísima Sangre, nosotros cubrimos y sellamos el aire, el agua, la tierra y el fuego que componen todo lo material de lo que nos rodea, las redes eléctricas, de alcantarillado, de gas, los aparatos eléctricos y electrónicos. Que así queden cubiertas y selladas nuestras casas, todas las personas que vivimos en ellas, las personas que el Señor enviará a ellas, así como los alimentos y bienes que Él generosamente nos enviará para nuestro sustento, los hogares de nuestros familiares, sus pertenencias y las nuestras.
En el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, con el poder de su Espíritu Santo y con su Preciosísima Sangre, nosotros cubrimos y sellamos todo a nuestro alrededor, los vehículos, las carreteras y a quienes transitan por ellas.
Cubrimos y sellamos el norte y el sur, el oriente y el occidente, arriba y abajo y la puerta de los abismos. Que por este cubrimiento y sellamiento, la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo descienda sobre nosotros y nos impregne, nos rodee y nos aísle de tal modo que ahuyente lejos de nosotros a todo espíritu inmundo y a toda fuerza o influencia venida de ellos que quiera perturbarnos. Que entre nosotros sólo haya cabida para la Luz y la Verdad, el Amor y la Paz de nuestro Señor Jesucristo. Amén.